Chistes colombianos: Humor que une a un país diverso
Si hay algo que une a los colombianos, es el sentido del humor. El país sudamericano es conocido por sus chistes ingeniosos, que reflejan la diversidad y el espíritu alegre de su gente. En este artículo, te contaremos todo sobre los chistes colombianos, su historia, su impacto en la sociedad y cómo han evolucionado con el tiempo.
¿Qué son los chistes colombianos?
Los chistes colombianos son un tipo de humor que se originó en Colombia y se ha popularizado en toda América Latina. Estos chistes se caracterizan por ser ingeniosos, picantes y tener un alto grado de sarcasmo. La temática de los chistes colombianos puede variar desde políticos hasta sociales y cotidianos, y suelen ser contados en reuniones familiares, en la calle o en el trabajo.
Orígenes de los chistes colombianos
La historia de los chistes colombianos se remonta a la época colonial, cuando los esclavos africanos contaban historias satíricas para entretenerse. Sin embargo, los chistes colombianos modernos se desarrollaron en la década de 1930, cuando se crearon los primeros programas de radio y televisión en el país. Los comediantes y locutores empezaron a incluir chistes en sus programas, lo que les dio una gran popularidad.
Tipos de chistes colombianos
Hay varios tipos de chistes colombianos, cada uno con su propia estructura y estilo. Algunos de los más populares son:
Chistes de pastusos
Los pastusos son una etnia indígena de la región andina de Colombia, y los chistes de pastusos se centran en su supuesta ingenuidad y torpeza. Estos chistes suelen tener un tono amable y a menudo son contados por pastusos mismos.
Chistes de políticos
Los chistes políticos son muy populares en Colombia, especialmente durante las elecciones. Estos chistes se burlan de los políticos y sus promesas incumplidas, y a menudo tienen un tono sarcástico.
Chistes de gallegos
Los chistes de gallegos son originarios de España, pero se han popularizado en Colombia. Estos chistes se centran en la supuesta torpeza de los gallegos, que son vistos como ingenuos y poco inteligentes.
Chistes verdes
Los chistes verdes son aquellos que tienen una temática sexual o picante. Aunque no son para todos los gustos, son muy populares en Colombia y a menudo se cuentan entre amigos.
El impacto de los chistes colombianos en la sociedad
Los chistes colombianos no solo tienen un impacto en el humor de la sociedad, sino que también son una forma de crítica social. A través del humor, los colombianos pueden expresar su descontento con la situación política o social del país. Por otro lado, los chistes colombianos también son una forma de unir a las personas, ya que el humor es una forma universal de conexión.
La evolución de los chistes colombianos
Los chistes colombianos han evolucionado con el tiempo, y hoy en día incluyen temas más actuales y relevantes para la sociedad. Por ejemplo, la situación política del país es una fuente constante de inspiración para los comediantes, y los chistes sobre la corrupción y la falta de liderazgo son muy populares.
También ha habido un cambio en la forma en que se cuentan los chistes. En el pasado, los chistes eran contados de forma oral, en reuniones y encuentros informales. Hoy en día, los chistes se difunden a través de las redes sociales y la televisión, lo que ha permitido a los comediantes llegar a un público más amplio.
La importancia del humor en la cultura colombiana
El humor es una parte importante de la cultura colombiana y está presente en muchas facetas de la vida diaria. Los chistes colombianos son una forma de conectar a las personas, y se cuentan en todas partes, desde las calles hasta los programas de televisión.
El humor también es una forma de afrontar las dificultades de la vida. Los colombianos han pasado por momentos difíciles en la historia reciente del país, como la violencia y el conflicto armado, y el humor ha sido una forma de afrontar estas situaciones y seguir adelante.
¿Cómo contar un buen chiste colombiano?
Contar un buen chiste colombiano requiere un poco de habilidad y práctica. Aquí te dejamos algunos consejos para contar un chiste que haga reír a tu público:
Conoce a tu público: asegúrate de que el chiste que estás contando sea apropiado para la audiencia.
Establece un ritmo: el ritmo y la entonación son importantes para contar un chiste correctamente.
Crea expectativas: haz que el público espere el final del chiste, pero no lo hagas demasiado obvio.
Usa detalles: los detalles pueden hacer que el chiste sea más divertido y fácil de recordar.
Sé creativo: los chistes colombianos a menudo son ingeniosos y originales, así que no tengas miedo de ser creativo y probar cosas nuevas.
Conclusión
En resumen, los chistes colombianos son una parte importante de la cultura del país y reflejan la diversidad y el espíritu alegre de su gente. Los chistes colombianos han evolucionado con el tiempo, pero siguen siendo una forma de unir a las personas y de expresar críticas sociales. Contar un buen chiste colombiano requiere habilidad y práctica, pero con los consejos adecuados, cualquiera puede hacer reír a su público.
Preguntas frecuentes
- ¿Por qué los chistes de pastusos son tan populares en Colombia?
Los chistes de pastusos son populares en Colombia porque reflejan el sentido del humor y la alegría de los pastusos, una etnia indígena de la región andina del país.
- ¿Los chistes colombianos siempre son políticamente correctos?
No siempre. Algunos chistes colombianos pueden ser ofensivos para ciertas personas o grupos, por lo que es importante tener cuidado al contarlos.
- ¿Cómo puedo encontrar más chistes colombianos?
Hay muchas páginas web y cuentas en redes sociales dedicadas a compartir chistes colombianos. También puedes encontrarlos en programas de televisión y espectáculos de comedia.
- ¿Hay algún tema que sea tabú en los chistes colombianos?
Sí, algunos temas pueden ser considerados tabú en los chistes colombianos, como la religión o la orientación sexual. Es importante tener en cuenta los límites y respetar a todas las personas.
- ¿Los chistes colombianos solo se cuentan en Colombia?
No necesariamente. Los chistes colombianos son populares en toda Latinoamérica y en comunidades de colombianos en todo el mundo.
EN NUEVA YORK
Había una vez un costeño que llega a Nueva York y quería un cigarrillo. Como no sabía hablar inglés, le hizo señas a una muchacha de que quería un cigarro. Ella se agachó a buscarlo y en esas se le salió un peo. Ella se dio la vuelta y le dio el cigarrillo y le dijo:
– Two fifty.
A lo que el costeño responde:
– Echeeee fuiste tú!!
MALENTENDIDO
Estaban dos caleños en un bar de la Quinta y uno le dice al otro:
– Mira, yo hice el amor tres veces con mi esposa antes de casarnos, ¿y tú?.
– Yo también, pero no sabía que se iba a casar contigo.
TRES NÁUFRAGOS
Tres costeños náufragos están perdidos en el mar y encuentran una lampara mágica y aparece un genio que les dice:
– Les concedo tres deseos.
Un naufrago dice:
– Deseo volver a mi casa.
El segundo náufrago dice:
– Deseo volver a ver a mis hijos y a mi esposa.
El tercer náufrago dice:
– Echee… deseo que mis amigos vuelvan acá.
PINGÜINOS
Un cachaco llevaba una partida de pingüinos hacia el zoológico Santa Cruz, cuando a medio camino se le estropea el camión refrigerado.
Preocupado, trata de reparar el problema pero ve pasar un camión repartidor de leche y consigue que se detenga. Entonces le dice al lechero:
– Mira, te voy a dar 50000 pesos para que me hagas el favor de llevar estos pingüinos al zoológico.
El lechero, toma el dinero y se lleva con gusto los pingüinos en su camión refrigerado. Mientras tanto, el cachaco logra arreglar el daño, y de inmediato enfila hacia el zoológico. En cuanto llega, ve salir al lechero, con los pingüinos detrás de él, en fila.
El cachaco le pregunta al lechero:
– ¿Hacia dónde vas con los pinguinos?.
El lechero en seguida le responde:
– Mira, ya los llevé al zoológico, pero como me sobró dinero, los voy a llevar al cine.
INCENDIO
Dos cachacos trabajadores de la construcción estaban haciendo un asado cuando uno de ellos se empezó a quemar. El otro se quitó la chaqueta y empezó a pegarle con ella para apagarlo. El que se estaba quemando decía:
– Déjeme quemar, déjeme quemar.
– ¿Por qué, si estoy tratando de salvarlo?.
– ¡Déjeme quemar o saque el martillo de la chaqueta!.
SEDUCTOR
Un caleño que se considera el mejor seductor del mundo entra a un bar en Juanchito y se sienta al lado de una atractiva rubia. El tipo sonríe y la saluda, mientras mira su reloj. Ella le dice:
– Parece preocupado por la hora, ¿está esperando a alguien?
– No. Simplemente estaba probando el reloj que acabo de comprar, que es el más moderno que existe.
– ¿El más moderno?. ¿Y qué tiene de especial?
– Utiliza ondas de radio para comunicarse con mi mente. Como si fuera telepatía.
– ¿Ah, sí?. ¿Y qué le está diciendo?.
– Me dice que tú no llevas ropa interior.
– Pues su reloj no sirve, porque sí tengo ropa interior.
– ¡Vaya!. Entonces, debe estar adelantado una hora.
LA VACA
Un pastuso llega a los Estados Unidos, y se encuentra una vaca y le dice:
– Hola, yo soy de Pasto.
Y fue la vaca y se lo comió.
MÉTODO REVOLUCIONARIO
¿Cómo desinfectan los pastusos el agua?.
– La tiran del décimo piso para que se maten las bacterias.
CÓMO SE MIDE UN POSTE
Dos pastusos van a medir un poste. Uno lo sostiene y el otro trata de treparse con el metro en la mano.
En eso, pasa un curioso y les pregunta:
– ¿Por qué no lo acuestan en el suelo para medirlo?.
A lo que los pastusos responden:
– Hombre, pero es que queremos medirlo de lo alto, y no de lo ancho.
AFÓNICO
Le dice un caleño a su esposa:
– Mi amor, esta noche voy a hacer el amor a lo afónico.
La mujer le dice:
– ¿Cómo?.
– Sí mujer, sin vos.
BUEN AMIGO
Un costeño confía a otro.
– No sé si casarme con una viuda rica a la que no amo o bien con una joven humilde de la que estoy perdidamente enamorado.
– Lo que manda es el corazón -responde el amigo -. Cásate con la joven humilde.
– Es verdad, debo escuchar la llamada del corazón. Seguiré tu consejo.
– Así proceden los hombres que razonan. Y a propósito, ¡dáme la dirección de la viuda!.
PASTILLITAS
Le dice un costeño al otro:
– Hombre, tengo unas amigas que quieren divertirse un rato este fin de semana y necesito que me prestes tu apartamento para impresionarlas.
– Listo, no hay problema, mira te dejo las llaves, total este fin de semana me voy a ver con mis padres. ¿Y cuántas amigas son?.
– Son tres, a ver cómo lo hago.
– Mira, tengo unas pastillas que me recomendaron para estos casos, pero con cuidado, sólo debes tomarte la mitad de una.
En estas que llega el fin de semana y el hombre está esperando a las amigas. Recuerda el consejo del amigo, ve el frasco de las pastillas y piensa:
– Son tres… mejor me tomo una completa. Bueno otra…
Ya el lunes el dueño llega a su apartamento, abre la puerta y ve el sofá destrozado, la mesa de cristal hecha pedazos, los floreros tirados, la alfombra desgarrada… Pasa al cuarto y ve las sábanas rotas, la ropa destrozada, la cama con los resortes por fuera y en un rincón ve al otro costeño todo tembloroso y le pregunta:
– ¿Qué pasó hermano?.
– ¡No llegaron!, ¡no llegaron!.
MAL GUSTO
Dos costeños se encuentran y uno de ellos le dice al otro:
– Oiga hermano, ¿a usted le gustan las mujeres gordas, con las piernas llenas de varices, despeinadas y desaseadas?.
– No hermano, que me va a gustar una cosa de esas.
– Entonces, ¿por qué será que se la pasa gallinaceando a mi mujer?.
TRES DESEOS
Un paisa está haciendo un agujero en su jardín para plantar un árbol cuando desentierra una lámpara mágica.
La frota y le aparece un genio que le dice:
– Te voy a conceder tres deseos, pero a tu vecino le voy a dar el doble de lo que tú me pidas.
– Humm… mira, quiero una rubia que esté buenísima y que pese 65 kilos, que le des a mi vecino cien millones de pesos, y que me des a mi un susto que me deje medio muerto.
VENTANAS REDONDAS
¿Por qué los pastusos tienen en sus casas las ventanas redondas?.
– Para que entre el sol.
CACHACO DESPISTADO
Este era un cachaco muy distraído, que una tarde estaba sentado en la barra de un bar tomándose una cerveza, cuando de pronto entra otro corriendo, se le acerca y le dice lleno de angustia:
– ¡Carlos, Carlos, un auto acaba de atropellar a tu mujer, fue frente a tu casa… corre, la pobre quedó muy mal!…
El tipo sale corriendo del bar mientras le dice:
– ¡Mi casa queda como a un kilómetro de aquí…
– ¡No importa, llévese la motocicleta que tengo parqueada en la acera- le ofrece el dueño del bar-.
Como a los cinco minutos regresa el cachaco, hecho un Cristo, con una herida en la frente y botando sangre hasta por los oidos, un brazo quebrado, la ropa toda desgarrada…
El dueño del bar sorprendido le pregunta:
– ¡Hombre!, ¿qué te sucedió?.
– ¡Pues que sólo a mi me pasa esto – contesta -.
– Resulta que yo… ni me llamo Carlos, ni siquiera tengo novia, y lo peor… nunca en mi vida había manejado una moto…
EN LA CIUDAD
Una vez, una familia de la provincia paisa (apartada del mundanal ruido) fue a la capital.
Estaba el papá, la mamá y el hijo. En eso, pasa un taxi y el hijo le pregunta al papá:
– Papi papi papi, ¿qué es eso, qué es qué es?.
Y el papá le responde:
– No sé.
Y el hijo le dice:
– Ahhhhhh.
Después pasa un bus y el hijo le pregunta al papá:
– Papi papi, ¿qué es eso?.
Y el papá le responde:
– No sé.
Y el hijo dice:
– Ahhhhh.
Luego pasa una moto y le dice el hijo al papá:
– Papi, papi, papi, ¿qué es eso?.
Y el papá le responde:
– No sé.
Y el hijo dice:
– Ahhhhh.
Después pasa una bicicleta y le dice el hijo al papá:
– Papi, papi, papi, ¿qué es eso?.
Y la mamá le dice:
– Hijo, ya para de molestar a tu papá.
Y el papá le dice:
– No, no, déjalo que se instruya.
PASTUSO INFORMÁTICO
¿Cómo sabes si un pastuso acaba de usar una computadora?.
– Si la pantalla está llena de liquid paper.
PASTUSO EN UN BAR
¿Cómo reconoces a un pastuso en un bar?.
– Es el único que lleva walkman.
¿Cómo sabes si un pastuso acaba de usar una computadora?.
– Si la pantalla está llena de liquid paper.
Un pastuso llega a los Estados Unidos, y se encuentra una vaca y le dice:
– Hola, yo soy de Pasto.
Y fue la vaca y se lo comió.
Había una vez un costeño que llega a Nueva York y quería un cigarrillo. Como no sabía hablar inglés, le hizo señas a una muchacha de que quería un cigarro. Ella se agachó a buscarlo y en esas se le salió un peo. Ella se dio la vuelta y le dio el cigarrillo y le dijo:
– Two fifty.
A lo que el costeño responde:
– Echeeee fuiste tú!
Tres costeños náufragos están perdidos en el mar y encuentran una lampara mágica y aparece un genio que les dice:
– Les concedo tres deseos.
Un naufrago dice:
– Deseo volver a mi casa.
El segundo náufrago dice:
– Deseo volver a ver a mis hijos y a mi esposa.
El tercer náufrago dice:
– Echee… deseo que mis amigos vuelvan acá.
Estaban dos caleños en un bar de la Quinta y uno le dice al otro:
– Mira, yo hice el amor tres veces con mi esposa antes de casarnos, ¿y tú?.
– Yo también, pero no sabía que se iba a casar contigo.
¿Cómo desinfectan los pastusos el agua?.
– La tiran del décimo piso para que se maten las bacterias.
Un caleño que se considera el mejor seductor del mundo entra a un bar en Juanchito y se sienta al lado de una atractiva rubia. El tipo sonríe y la saluda, mientras mira su reloj. Ella le dice:
– Parece preocupado por la hora, ¿está esperando a alguien?
– No. Simplemente estaba probando el reloj que acabo de comprar, que es el más moderno que existe.
– ¿El más moderno?. ¿Y qué tiene de especial?
– Utiliza ondas de radio para comunicarse con mi mente. Como si fuera telepatía.
– ¿Ah, sí?. ¿Y qué le está diciendo?.
– Me dice que tú no llevas ropa interior.
– Pues su reloj no sirve, porque sí tengo ropa interior.
– ¡Vaya!. Entonces, debe estar adelantado una hora.
Dos cachacos trabajadores de la construcción estaban haciendo un asado cuando uno de ellos se empezó a quemar. El otro se quitó la chaqueta y empezó a pegarle con ella para apagarlo. El que se estaba quemando decía:
– Déjeme quemar, déjeme quemar.
– ¿Por qué, si estoy tratando de salvarlo?.
– ¡Déjeme quemar o saque el martillo de la chaqueta.
Un cachaco llevaba una partida de pingüinos hacia el zoológico Santa Cruz, cuando a medio camino se le estropea el camión refrigerado.
Preocupado, trata de reparar el problema pero ve pasar un camión repartidor de leche y consigue que se detenga. Entonces le dice al lechero:
– Mira, te voy a dar 50000 pesos para que me hagas el favor de llevar estos pingüinos al zoológico.
El lechero, toma el dinero y se lleva con gusto los pingüinos en su camión refrigerado. Mientras tanto, el cachaco logra arreglar el daño, y de inmediato enfila hacia el zoológico. En cuanto llega, ve salir al lechero, con los pingüinos detrás de él, en fila.
El cachaco le pregunta al lechero:
– ¿Hacia dónde vas con los pinguinos?.
El lechero en seguida le responde:
– Mira, ya los llevé al zoológico, pero como me sobró dinero, los voy a llevar al cine.
Le dice un caleño a su esposa:
– Mi amor, esta noche voy a hacer el amor a lo afónico.
La mujer le dice:
– ¿Cómo?.
– Sí mujer, sin vos.