Aquí tienes una extensa variedad de adivinanzas de números y letras para jovenes. Prueba suerte y comprueba cuántas adivinanzas infantiles donde las respuestas tienen la posibilidad de ser cantidades o letras eres con la capacidad de responder con acierto.
Las adivinanzas asisten al estudio del pequeño, en esta situación, les van a ayudar a estudiar los números y las letras, además de afinar el talento y la aptitud de lógica. Es una magnífica forma de impulsar el razonamiento de los jovenes de manera entretenida.
1. Somos tres patitos que en el agua están, nadando, jugando, cantando: ¡cuá, cuá!
Somos tres patitos que en el agua están, nadando, jugando, cantando: ¡cuá, cuá!
Las estaciones del año, también los elementos, los puntos cardinales, y el número represento.
Empiezan con uno, prosiguen con dos, y el fin de la cuenta la conoce Dios.
Puesto de una manera soy un número par, pero paso a los nones si la vuelta me das.
¿Cuántas patas tiene un perro? ¿Cuántas patas tiene un gato? ¿Sabes qué número es? ¡Ya lo has adivinado!
Si le sumas su hermano gemelo al tres, ya sabes cuál es
Cuando te pones a contar por mí tienes que empezar
Cuéntate las manos o cuéntate los pies y en seguida sabrás qué número es
Soy más de uno sin llegar a tres, y llego a cuatro cuando dos me des.
¿Que es lo que se repite una vez cada minuto, dos veces cada momento y nunca en cien años?
Por la cabeza me danza esta gran adivinanza: La letra más bailadora resultó ser servidora.
Le sirve de puerta al frío y al fuego, es final en nombres rusos y mediadora en oferta.
Generosa gracias a ti existe, y en gargante dos veces insiste.
Formo parte de París, en el fin del mar me encuentro, en el principio de Roma y, del Norte, estoy en el centro.
En medio del mar hay una negrita, no come ni bebe y siempre está gordita.
En medio del cielo estoy sin ser sol, ni luna llena, sin ser lucero, ni estrella; a ver si aciertas quién soy.
En cualquier día de la semana me verás, excepto en domingo que no me encontrarás.
Dedos tiene dos, piernas y brazos no.
Cuando soy muy pequeñita una barriguita suelo tener, cuando pase el tiempo y crezca mi barriga serán dos.
Una letra pizpireta, de perdiz y cazoleta que se esconde en la maceta.
Piensa y lo adivinarás: ¿qué tiene Adán delante que Eva tiene detrás?
Casi la lleva al principio, pancarta en la mitad y amanecer ya muy al final.
Aunque diciendo mi nombre des tú casi un estornudo, hacha me tiene en su vientre pero mi sonido es mudo.
No me pronuncies dos veces que tengo sonido feo, siendo la letra del kilo en carreteras me veo.
Una cosa quisicosa, de ovalada construcción, todos los hombres la tienen, pero las mujeres, no. El Obispo, como todos, también tiene dos.
¿Sabes de alguna letrita, que si la vuelta le das, enseguida se convierte de consonante en vocal?
Wamba y Witiza me tienen de pie, Víctor sólo a medias y Muza al revés.
Suele tenerla los puentes, la albarda del burro tan bien, es una letra de fuente y a todos nos cae bien.
Es una cruz muy bonita, molino de aspas son. ¿Que letra puede ser esta, que se emplea en multiplicación?
La encuentras en Cataluña y hacia el final de Albacete, y en cualquier parte del mundo a las tres como a las siete.
¿Sabes cuántos tuve? Cinco romanos hube en una sola letra, y no lo digo con treta.
En Melilla hay tres, en Madrid ninguna, en Castilla dos y en Galicia una.
Comienzo la luna, termino el sol, estoy en el cielo, pero en la tierra no.
Soy un palito muy derechito y, en la cabeza, tengo un mosquito.
Termino cabeza arriba, empiezo cabeza abajo, y sólo preguntar es mi trabajo.
Todas las palabras sé y, aunque todas las explico, jamás las pronunciaré